HOLA, SOY YO… Estela Carlota y las abuelas de la Plaza de Mayo.

HOLA, SOY YO…
Estela Carlota y las abuelas de la Plaza de Mayo.

Muchas veces de tanto utilizar las palabras sin imaginarlas, éstas, se vuelven ariscas, cuando no vengativas, y juegan a diluirse en ciénagas llenas de consonantes, hiatos, diptongos, exclamaciones o hipérboles, donde se mimetizan a la perfección y pasan a engrosar los cada vez más frecuentes “blablablases” que poco, o nada, aportan de tan escuchados, tan leídos, o, (y volvemos a la raíz del problema) tan poco imaginados.

Revolcándose en ese cieno de tinta negra, vemos bracear a las incisivas EMES, pescar a las enrevesadas JOTAS y llenarse la panza a las satisfechas OES, estas últimas de empacho glotón, acaban convirtiéndose en orondos puntos que, cuando se hacen hueco entre las comas, los guiones y las comillas, comienzan a establecer su jerarquía sintáctica y a diferenciar y dar por finalizados pensamientos o reflexiones.

Son los que hemos dado en llamar: puntos y aparte.

Muchos de ellos han sido utilizados en los últimos tiempos, uno de los más dolorosos resulta aquel que convierte en abandono los compromisos internacionales suscritos dejando de lado aquello que dimos en llamar la justicia universal.
Aquel principio que trataba de evitar la impunidad de los crímenes cometidos contra la humanidad, aquel umbral que llegó a caracterizar, a significar y a significarnos como parte de un todo justo, cercano y actual, se ha diluido, por arte de “birlibirloque”. Los sesudos ríos de tinta y miedo, han hecho que todo suene igual, comparable, parecido, de ahí, sólo un paso hasta el imposible.

Pero, de igual forma, las distintas manos, los múltiples razonamientos, la unión de iguales propósitos, en ocasiones, en contadas ocasiones, en muy pocas ocasiones, triunfan, y logran adelgazar (borrarlo, seamos serios, resulta imposible) los robustos, tiranos, déspotas y absolutos puntos.

Nacen, de esa acción, los menos odiados puntos y seguido. puntos para seguir, para aprender, para saber, para recordar.

Con su utilización otras realidades, tan cercanas muchas, tan conocidas, tan iguales, tan deseadas por nosotros, llevaron a que Estela Carlota (abuela, madre, memoria, coraje, lucha, suerte, reparación) pudiera encontrar, por fin, parte de la Justicia secuestrada y trazar una larga línea de puntos suspensivos que no suspendan, que indiquen la existencia de discursos posteriores, que ayuden a expresar la duda, pero que aparten la vacilación y el temor.

Puntos que no justifiquen la impunidad, que destaquen, ante todo, sobre todos, la palabra, la imagen de la palabra, el significado de la palabra: VERDAD.

Puestos a imaginar, imaginemos la desaparición del PUNTO FINAL.

Yo, no lo voy a utilizar………………………………………………………………………………………………………………

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