Publicado en Asturias Diario, 23 de febrero de 2015
Izquierda Unida de Asturias culmina este año un nuevo ciclo de participación, transparencia en la gestión y apertura a la sociedad que comenzó en la asamblea de 2012. Los hombres y mujeres de IU aprobamos devolver a la militancia el poder real, con un nuevo modelo de elección de de todos los cargos, orgánicos e institucionales. Hoy sábado, cuando salga este artículo, estaremos votando la lista al parlamento regional, en una consulta que deja a cada militante y simpatizante el poder de decisión sobre quiénes serán sus representantes, porque se trata de una lista desbloqueada, donde cada voto decidirá el lugar definitivo de cada uno de las personas que conformen esa candidatura.
En enero, militancia y simpatizantes decidieron que Gaspar Llamazares fuera nuestro candidato. Hoy decidimos quiénes le acompañarán en el Parlamento autonómico.
Como coordinador aposté por modelo participativo y estoy orgulloso de haberlo hecho, porque creo que sólo con más democracia podremos dar, de verdad, respuesta a las necesidades de la gente. Pero este no es mi proyecto, yo solo soy uno más y mi voto tiene el mismo valor que el de cualquiera de los 2.376 afiliados y de los 2.100 simpatizantes de IU. Es una apuesta por lo colectivo, alejada de personalismos e hiperliderazgos. Aquí, quien de verdad importa, hoy y en el futuro, es nuestra organización, Izquierda Unida, que debe ser la herramienta de cambio para poner fin a las políticas depredadoras del bipartidismo, que son el origen del sufrimiento de la gente. Y esa fuerza es la suma de todas nuestras fuerzas.
Militancia y simpatizantes también decidirán en Gijón, Avilés, Oviedo, Siero, Mieres y Langreo sus listas a cada uno de esos Ayuntamientos. Es el mismo modelo: el lugar definitivo que cada uno de los integrantes de la lista logre será aquel que decidan las bases.
El reto es lograr unas candidaturas lo más representativas de la voluntad de la gente, y eso forma parte de algo que Izquierda Unida lleva trabajando desde su constitución y que yo defiendo sin fisuras: las personas primero, sin matices, ni condicionantes. Más, porque en una sociedad amenazada por el retroceso de los derechos civiles, políticos, sociales y económicos, con la excusa de la crisis, la izquierda real y alternativa, tiene que adaptarse a las necesidades de la gente para poder satisfacerlas.
Tenemos que enfrentarnos al bipartidismo, al PP-PSOE, que han sido engranaje y polea de transmisión de los intereses del poder económico que ha secuestrado al propio Estado, y eso nos exige la máxima participación para plantar cara a las decisiones políticas orientadas a proteger a los poderosos, a costa del bienestar de la gente.
Izquierda Unida lleva años rechazando el modelo depredador que, ya antes de la crisis, el bipartidismo ha ido construyendo. Hemos salido a la calle para defender los intereses de la mayoría, muchas veces en solitario, sin más fuerzas que nuestra propia fuerza organizativa e institucional.
Hoy, los hombres y mujeres de IU seguimos en el proceso de fortalecimiento interno porque, para dar respuesta a la gente, solo hay un camino: las personas, primero.